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Ñuñoa

Conoce el Parque Juan XXIII

Ñuñoa

Para los que la conocen bien, Ñuñoa es una de las comunas más bellas de la Región Metropolitana. Sus calles arboladas, arquitectura simple y hermosa y espacios públicos cuidados son algunos de los tantos aspectos que hacen de esta zona un lugar ideal para vivir y pasear.

Uno de esos tantos rincones verdes es el Parque Juan XXIII, ubicado en el sector sur de la comuna, rodeado por las calles Dublé Almeyda, Los Jardines, Juan Moya Morales y Grecia y entre la Casa de la Cultura de Ñuñoa y el Centro Comunitario. Es ideal para visitar con niños y mascotas.

Historia

Aunque data de los años sesenta (fue diseñado en 1955 por el arquitecto y cineasta Álvaro Covacevich, Enrique Gigoux y el paisajista Luis Nakagawa), este pulmón verde de Ñuñoa nunca fue más relevante que hoy cuando tanto familias como amigos buscan bonitas plazas y parques para pasar los días. Fue ideado como una conexión entre Grecia e Irarrázaval, las dos arterias más importantes de la zona. Incluso hoy los patios de los vecinos están conectados con el parque, algo único en la ciudad y que resalta el aire de barrio de la zona. Fueron esas mismas personas las que a través de los años plantaron flores propias en el parque y dieron su toque personal al espacio verde.

¿Qué hacer?

El Parque Juan XXIII es ideal para disfrutar de los simples placeres de la vida: Leer un buen libro sobre el pasto, una caminata en la naturaleza, una charla tranquila con amigos bajo un árbol o un picnic en familia. Y no vamos a negar que hay muchos que disfrutan de pololear en este lugar tan romántico. Una caminata bajo la pérgola entre Los Jardines y Alcalde Eduardo Castillo Velasco, cubierta en parras y flores, debería ser un plan ideal para cualquier pareja.

En el Parque Juan XXIII se realizan en los fines de semana eventos especiales como fondas, tocatas, picnics masivos, intercambios de libros y reuniones vecinales. Siempre pasa algo en este parque tan presente en la idiosincrasia de Ñuñoa. Las visitas en la semana son distintas: El silencio y la tranquilidad predominan y el lugar es tan privado como cualquier café.

Los sábados y domingos son también los días que eligen los vendedores ambulantes para ofrecer sus productos. Desde algodón de azúcar hasta hamburguesas de soya, se puede encontrar todo tipo de comidas tanto para chicos como para grandes. También hay artesanos que venden sus creaciones.

El parque cuenta con juegos para niños pero quizás el atractivo mayor para los pequeños sean las esculturas en formas de animales con los que se puede jugar, algo difícil de encontrar en otras plazas de Santiago. También hay máquinas para hacer ejercicio para que los adultos puedan entretenerse. Este parque también aloja un anfiteatro griego con bellos murales, algo que los fanáticos del arte urbano podrán apreciar.

El Parque Juan XXIII cierra por la noche pero es recomendable abandonar el lugar antes de que baje el sol para evitar situaciones de inseguridad.

Ñuñoa tiene miles de atractivos, pero es innegable que el Parque Juan XXIII es uno de sus centros neurálgicos más bellos.